Siempre me han dado mucha curiosidad las tiendas especializadas para hostelería, pero resulta difícil visitarlas porque, al ser para profesionales, en muchas de ellas te piden un carnet para poder entrar.
Todavía recuerdo la última vez que intenté entrar a Makro a curiosear: me pillaron enseguida porque era el único que entraba sin carro; claro, yo sólo iba a echar un vistazo porque sin carnet no podía comprar y eso me identificaba como curioso. El primer empleado que me vio entrar me llamó, me pidió el carnet y me mandó para la calle.
Por eso me hizo ilusión cuando mi amigo Joaquín me preguntó si quería acompañarle a una de estas tiendas. Por supuesto la visita no me defraudó: aquello es un paraíso para alguien cocinitas y curioso como yo. Carnes, embutidos, verduras, alimentos precocinados de todo tipo, utensilios para cocinar… ya os digo, un paraíso.
Por supuesto, estando ahí era obligatoria la visita a la sección de licores. Y allí sí que me quedé sorprendido o no sé, desconcertado, pero no por la variedad de licores, sino por algo que no había visto en ninguna otra tienda: garrafas de licores y espirituosos.
Mira que yo visito, más por curiosidad que por necesidad de compra, todos los supermercados, hipermercados y tiendas que salen a mi paso. Y nunca me habían encontrado con esto: garrafas de plástico con tres litros de pacharán, de aguardiente, licor de hierbas, vermouth, coñac, ginebra… y claro, inmediatamente me asaltan dos preguntas: quién compra esto? Y, para qué?
La primera pregunta es fácil de responder: compran los que tienen carnet para entrar y comprar… profesionales de la hostelería, bares y restaurantes.
Para qué… esto es más peliagudo. Porque todos los pacharaneros sabemos que los licores no se pueden trasvasar y deben venderse en su envase original con el precinto fiscal adherido: por eso no podemos vender nuestros inigualables pacharanes caseros aunque hayamos comprado el anisado pagando el impuesto. Sin embargo, a mí nunca me han servido en un bar una copa desde una garrafa. Ni lo he visto hacer nunca, y mira que visito más bares que supermercados. Entonces, si no nos sirven su contenido directamente desde ellas, ¿dónde acaban todas estas garrafas?
Una vez leí que era imposible calcular el volumen de botellas de licores que se rellenan en España. Quizás podrían comenzar sumando el número de garrafas que se venden en establecimientos para profesionales. Sería una buena aproximación.