Siempre he pensado que el
poder de la sugestión es algo digno de atención. Lo podemos describir como una idea
preconcebida que se nos queda tan grabada como para forzarnos a tomar
decisiones contrarias a las que tomaríamos aplicando un criterio racional. Y la
fuerza que ejerce es tan grande que nos influye al valorar cualquier cosa
durante nuestra vida: marcas de yogur, de vino, electrodomésticos, teléfonos o
coches, la marca blanca de una tienda de alimentación, el pueblo o ciudad donde
vivimos, nuestros propios hijos…
A mí me ocurre siempre que
voy al supermercado: me pongo frente al lineal y valoro las marcas que veo no
por su calidad (en la mayor parte de los casos la desconozco puesto que no las
probé) sino por la opinión que me merecen y que sólo está basada en los prejuicios
o ideas preconcebidas en que se basa mi sugestión.
Y eso es lo que me pasa hoy cuando me enfrento al lineal de
licores del supermercado. Veo las marcas de pacharán y tengo una clara idea de
cada una de ellas… aunque he de reconocer que no todas probé. De entre todas
ellas la que genera más mensajes en mi cerebro es Pacharán Zoco, el más
presente en el mercado. Cojo la botella y mi sugestionado cerebro enseguida me
dice que hay otros mejores. Da igual
que hace años que no lo tome o incluso que nunca lo haya probado: sé que hay otros mejores. Leo en la
etiqueta que es pacharán navarro y que está elaborado sólo con endrinas
navarras, pero da igual lo que me digan porque sé que hay otros más
auténticos.
Y no sólo me ocurre a mí,
pienso que esta es la respuesta más habitual cuando se habla de Zoco entre
expertos en pacharán: Conozco otro mejor.
Sin embargo hoy decido vencer esa fuerza que me pide devolver la botella al
lineal y me la llevo para probarla en casa.
Sirvo mi copa y encuentro un
color rojo intenso, todavía con notas rosas de juventud. Bonito color, reconozco: no es el que recordaba o esperaba encontrar.
Llevo la copa a mi nariz y
percibo su aroma afrutado envuelto en anís. El sorbo entra fresco, con acidez
equilibrada, y el paso de boca es amable y dulce pero con sensaciones astringentes
en el paladar. El trago es más intenso y deja una presencia afrutada en la boca
que me sorprende por su permanencia. Con este buen sabor en la boca vuelvo a
llevarme la copa a la nariz y ahora aprecio más fruta en la copa. Me resulta
difícil vencer la tentación a un segundo sorbo y, de hecho, lo doy casi sin
darme cuenta.
Me he quedado un rato
pensativo y, mientras en mi cabeza noto una fuerza que me impide decir que este
pacharán es bueno, me doy cuenta de que ya vacié mi copa. Tomo la botella para
volver a llenarla y, cuando veo su reconocible forma en mi mano, vuelve a
surgir con fuerza una idea que, indeleble, se mantiene en mi cerebro para
obligarme a decir: Conozco otro mejor.
Datos:
Zoco
Pacharán Navarro IGP
25% vol
DZ Licores
Dicastillo -NAVARRA-
Web: www.pacharanzoco.es