Hoy he comido cerca de casa de mis padres y me paso a tomar la copa de pacharán con ellos. Les gusta tomar el pacharán como a mí, a pequeños sorbos, mientras hablamos de nuestras cosas.
La
vida familiar siempre la hemos hecho en la cocina y así sigue siendo. También
mantengo mi rutina al entrar en ella: me acerco al televisor, siempre
encendido, y apago el siempre presente programa de cotilleos. Es curioso el
nombre del que suele estar en la pantalla, Sálvame, porque salvado me siento en
cuanto lo apago.