Hace algunos
años, digamos que unos 20, la coctelería era más popular que ahora. No, no
quiero decir que anduviéramos pidiendo cócteles en copa de vermouth por los
bares: sólo que era habitual hacer cócteles y combinados caseros en fiestas,
cumpleaños… Era fácil encontrar en esas ocasiones recetas conocidas y repetidas
por todos junto a otras más personales que muchas veces dependían, simplemente, de las existencias del mueble bar.
Hace ya años
que todo este saber popular fue borrado por la dictadura del combinado con
refresco, más todavía ahora mismo con la moda del gintonic que reina por igual en la hostelería y en el hogar Por eso ya casi nadie
se acuerda de nombres tan curiosos como la leche de pantera, el lugumba, el cuá-cuá… o como
la pantera rosa que hoy recuperamos.