La botella de Etxeko Patxarana es muy
fácil de reconocer: vidrio verde mateado con una inconfundible etiqueta color
sepia como de papel envejecido. Todos los pacharaneros la reconocemos como uno
de los grandes clásicos del pacharán cuando no como uno de los mejores, de esos
que se vienen a llamar premium. Por eso cuando hoy abrimos la botella lo
hacemos casi con reverencia.
Servimos la copa y apreciamos
un bonito e intenso color rojo. Al inclinarla distinguimos un ribete anaranjado
que no le resta ningún atractivo.