Terminamos la comida y, como hoy tenemos tiempo, nos quedamos un rato de sobremesa disfrutando de la copa de pacharán navarro. Un compañero comenta que se le está quedando frío el estómago. Españolito fino, después de comer frío le replica enseguida otro. A ver si vas a tener un corte de digestión. ¿Corte de digestión? Eso no existe, es un mito urbano… Y ya está abierto el debate.
Pacharán y digestión
Terminamos la comida y, como hoy tenemos tiempo, nos quedamos un rato de sobremesa disfrutando de la copa de pacharán navarro. Un compañero comenta que se le está quedando frío el estómago. Españolito fino, después de comer frío le replica enseguida otro. A ver si vas a tener un corte de digestión. ¿Corte de digestión? Eso no existe, es un mito urbano… Y ya está abierto el debate.
Pacharán con hielos
Llega el verano y el calor hace que cambien algunas de nuestras
costumbres. Yo lo noto sobre todo después de las comidas: en cuanto el termómetro
sube de 20 grados comienzo a pedir un vaso de hielos para enfriar el cortado
que acostumbro a tomar. Y claro, también me apetece enfriar más mi copa de
pacharán y comienzo a pedirlo de igual manera, con hielos. Pero pedir un
pacharán con hielo junto a la cuadrilla siempre puede encender el debate entre
los expertos: que si el hielo diluye el pacharán, que si es mejor servirlo frío
de la cámara, que es mejor en chupito helado…
La principal pega que se le pone al hielo es la primera: que
diluye el pacharán. El hielo, ¿enfría?, ¿diluye?, ¿enfría y diluye? Hoy entraremos
en este debate.
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