Hoy
disfruto de mi momento pacharán tomando una copa de aguardiente de orujo helado
a pequeños sorbos, como a mí me gusta.
Y
mientras paladeo el dulce sorbo viene a mi memoria la reciente sobremesa en
Ourense, compartida con amigos gallegos, extremeños y navarros. Mónica, como
siempre, pide su copa de pacharán mientras que esta vez yo pido aguardiente de
orujo. Vaya, dice Alcira, veo que tienes el corazón dividido. Dividido no,
respondo: lo tengo compartido.