Garrafón 2.0


Siempre me han dado mucha curiosidad las tiendas especializadas para hostelería, pero resulta difícil visitarlas porque, al ser para profesionales, en muchas de ellas te piden un carnet para poder entrar. 

Todavía recuerdo la última vez que intenté entrar a Makro a curiosear: me pillaron enseguida porque era el único que entraba sin carro; claro, yo sólo iba a echar un vistazo porque sin carnet no podía comprar y eso me identificaba como curioso. El primer empleado que me vio entrar me llamó, me pidió el carnet y me mandó para la calle.

Pacharán New Fashioned


Siempre me ha resultado curioso el fenómeno de las “eternas promesas”, término asociado a deportistas que prometen mucho de jóvenes y se mantienen como promesas prácticamente hasta que se retiran del deporte. En mis tiempos de juventud ejerció como tal el ciclista Rubén Gorospe, pero seguro que cada lector encontrará un ejemplo en su memoria.

También en el mundo de los licores ha habido “eternas promesas” que iban a desterrar al resto de productos. En España se iba a reproducir, por ejemplo, el gran éxito del vodka en Estados Unidos, ahora se habla del Tequila… pero seguimos bebiendo mayoritariamente los licores de siempre y, por encima de todo, cerveza.

Una de estas promesas ha sido siempre la coctelería: de gran éxito en otros países, con cantidad de locales especializados con gran ambiente y numerosas especialidades, pero que en España nunca llega a cuajar. Siempre he pensado que el problema es que somos de trago largo, cubata o cerveza, y que nos cobren el mismo precio por una copita de cóctel por mucho que haya sido shakeado con estilo en una coctelera de inoxidable pues mira, como que no. 

Pacharán casero, microplásticos y bisfenoles

Han pasado bastantes años, pero todavía recuerdo el día que acompañé a mi amigo Miguel para llevar una muestra del vino que había hecho en su casa a Rosana, la enóloga de su pueblo. La experta llevó brevemente su copa a la nariz y, de forma inmediata, afirmó: Has fermentado el vino en una garrafa de plástico , ¿verdad? 

¿Cómo lo sabes?, verbalizó Miguel la pregunta que, también de forma inmediata, los dos nos hicimos, mientras volvíamos a oler nuestra copa de vino. Y entonces sí, guiados o, quizás, sugestionados por Rosana, conseguimos apreciar un fondo de aroma de plástico en el vino. La producción de alcohol durante la fermentación, nos explicaba, unida a la  acidez del vino, hace que éste disuelva algunos componentes del plástico estropeando su aroma.