SLOE



Terminamos la comida familiar como siempre, tomando la copa de pacharán navarro mientras hablamos sentados a la mesa.
Esta vez aprovecho la sobremesa para contar mis vacaciones en Inglaterra y empezamos hablando de lo loco que está el tiempo este año: en Navarra hemos tenido durante el invierno la lluvia de Inglaterra y allí me he econtrado con el frío de Siberia… parece que al hombre del tiempo se le haya roto en pedazos el mapa y no sea capaz de volver a encajarlo todo en su sitio correcto.
Y, casi sin dejarme contar nada más, mi sobrino mayor pregunta: a que no sabes cómo se dice chorizo en inglés. Después cada cual se lanza a inventarse una palabra divertida en espanglish para nuestro embutido y ahí se acaba, antes de empezar, la narración de mis aventuras inglesas.
Como me han chafado mis planes me quedo un rato callado mientras saboreo mi pacharán. Y pienso en lo bueno que es viajar para ampliar horizontes, como siempre se ha dicho, y no quedarnos siempre mirándonos el ombligo. Miro mi copa de pacharán y pienso lo fácil que sería pensar que sólo se conoce en nuestra tierra, tanto el pacharán como los arañones con los que lo hacemos, y sentirnos sus únicos propietarios. Sin embargo hace tiempo que descubrí el mismo arbusto y su fruto en el norte de Lérida, y los paisanos me decían que por qué no iba a haber allí endrinas, aunque para ellos fuesen aranes. Lo mismo en Galicia, también allí me encontraba las endrinas pero con otro nombre, bruños o abruños. Y cuando ellos viajan a Navarra seguro que se sorprenden de que aquí los llamemos arañones.
Si recuerdo esto es porque también en mi viaje a tierras inglesas me encuentro al endrino. Me dicen que lo conocen como Blackthorn y que sí, también es habitual verlo en los campos. Y que también allí lo utilizan, incluso más que nosotros porque no sólo usan el fruto: los arbustos se cuidan en los lindes de las fincas para que sirvan como cercado natural para el ganado. También la dura madera del endrino encuentra su destino en la elaboración de bastones, incluso se ha mantenido el bastón de endrino como tradicional bastón de mando en los regimientos irlandeses.
Pero por supuesto también conocen su fruto. Lo denominan sloe y con él hacen mermeladas y también una especie de pacharán inglés que  elaboran macerándolo en su bebida local, la ginebra. Por eso el licor se denomina sloegin y, aunque no es tan popular como el pacharán en nuestra tierra, conseguí tomar una copa durante mis vacaciones.
Me lo sirven en una copa pequeña y midiendo exactamente la cantidad. Y en primer lugar me llama la atención la forma en que lo sirven: en lugar de servirlo directamente en la copa tienen cubiletes cilíndricos de inoxidable de diferentes capacidades y en ellos miden las copas de vino, de licor… para después trasvasarlo al vaso o copa en la que se lo sirven al cliente. Dosis de 75, 125,175, 250 ml… en función del producto o de la cantidad que pidas.
El color del sloegin que me sirven es similar al de nuestro pacharán: color rojo cereza con matices de oxidación. En el aroma encuentro más diferencias por la presencia del gin, perfumado y floral. Y en boca la entrada es fresca, con un paso ligeramente dulce y un final suave, más alcohólico que el pacharán pero con menos presencia de la fruta. Claro que cómo iban a ser afrutados los pobres sloes si ni pueden madurar con el frío de la tierra inglesa, nada que ver con nuestros maduros y afrutados arañones.
Y pienso: qué bonito es viajar y poder encontrar nuestras mismas tradiciones en otros países. Unas veces arraigadas, con raíces que crecieron en tierras distintas a partir de una misma semilla. Otras simplemente adoptadas, como los chorizos que encontré a la venta en Borough Market. Por eso puedo responder a mi sobrino que chorizo en inglés se escribe igual, chorizo, aunque ellos digan algo así como tsshorissho.