Como
todos los años el día 15 de julio comienzan las revisiones de los sanfermines
recién terminados: el ayuntamiento, los partidos políticos, los servicios de
salud, los amigos juerguistas… todo el mundo tiene algo que contar. A mí me
ocurre lo mismo porque ese día suelo regresar a Pamplona tras mis vacaciones
sanfermineras y siempre hay alguien que comenta: si estás moreno, cómo se te
nota que has huido de los sanfermines. ¿Qué ocurre, no te gustan? Yo siempre
respondo lo mismo: claro que me gustan, pero últimamente prefiero disfrutarlos
de otra manera. Porque hace tiempo que sé que nuestras fiestas no sólo se
celebran en Pamplona: da igual que estés en Salou, Madrid, Barcelona... que resulta resulta fácil encontrar un bar,
hotel, barrio, sociedad en el que el 6 de julio se tira el chupinazo a las
12... Y, de la misma forma que sí estás en Pamplona puedes celebrar el
chupinazo en la Plaza del Castillo, en el paseo de Sarasate o en los barrios
sin necesidad de sentir la presión de la plaza del ayuntamiento, también en tu
lugar de vacaciones puedes descorchar tu botella de cava mientras ves las imágenes
del chupinazo de la plaza del Ayuntamiento.
Así
que el día 15 también yo tengo que contar a compañeros y amigos mi sanfermines.
Este año estaba en Palma de Mallorca y recuerdo cómo allí me resultó fácil
averiguar que, para celebrar el chupinazo, hay que ir al bar España donde, escondido
tras un nombre tana genérico, su dueño ha conseguido instaurar la tradición
del chupinazo y consigue congregar a más de 2000 personas vestidas de blanco y
con su pañuelo rojo. ¡Incluso edita su propio cartel de fiestas! Antes de las
12 se congregan en la calle de acceso al bar navarros en sus vacaciones sanfermineras,
aficionados mallorquines a la fiesta que no todos los años pueden viajar a
Pamplona y extranjeros despistados que no saben muy bien de qué va ese
jolgorio. Entre todos se forma un ambiente realmente muy parecido al de
Pamplona que se alarga durante la tarde.
Algo
superado por el inesperado bullicio decidí buscar un sitio tranquilo donde
continuar la celebración con una copa de pacharán navarro. Y en ese momento
recuerdo que en la reciente campaña El pacharan tiene su punto me sorprendió
encontrar en los carteles un participante de Palma de Mallorca. Me cuesta poco
volver a localizar la información en internet y descubrir el nombre del bar,
Brass Club, y su céntrica ubicación en en Paseo de Mallorca. Nada más llegar me
alegro de mi buena memoria porque me encuentro un bar de sobria elegancia y
buen gusto dominado por una impresionante lámpara hecha con de 1000 botellas
que forman una especie de ola.
Me
atiende Rafa, barman campeón de España, quien me confirma que ha
participado encantado en la campaña y que, a pesar de ser un bar de coctails,
el pacharán sale bastante y la gente se sorprende de su potencial para
combinar.
Le
pido que me recomiende un coctail y me dice que su favorito es el gin fizz. Y
pienso que habría preferido uno de pacharán pero cuando pido consejo a alguien
implícitamente le he cedido la decisión así que acepto sin más dudas su
recomendación. En seguida me doy cuenta de que de nuevo he acertado cuando veo
cómo Rafa prepara con habilidad lo que podríamos llamar trampantojo de sloe gin fizz ya que, en lugar de sloe gin, utiliza
para elaborarlo una elegante botella de pacharán Berezko y el gin Martín
Miller's.
Y,
mientras saboreaba el estupendo trampantojo de gin fizz, recuerdo que programé la
alarma del móvil. Porque los siguientes 7 días tenía que levantarme a las 7:55,
con el tiempo suficiente de lavarme la cara para despejarme y poder disfrutar
como en casa, pero desde la costa de Mallorca, de los imprescindibles encierros
de San Fermín.
Trampantojo (de trampa ante ojo). Trampa o ilusión con que se engaña a alguien
haciéndole ver lo que no es.