Hoy después de comer, mientras tomamos nuestra copa de pacharán, vuelve a aparecer en la conversación la polémica del museo de los sanfermines en Pamplona. ¿Es necesario? ¿Atraería turismo? Las opiniones están divididas y me decido a aportar una experiencia que tuve hace unos meses.
Volviendo
de Valencia paré a descansar en un pueblo de Castellón que no conocía, Segorbe.
Además de descanso me permitió volver a disfrutar de una de las virtudes de los
viajes: encontrar pueblos, tradiciones y costumbres sorprendentes, ya sea por
su originalidad o por su parecido a otras propias.
Y
es que, recorriendo el pueblo, me encuentro con un edificio en cuya fachada
está escrita la frase “Entrada de toros y caballos” en grandes trazos. Me
dirijo a él y descubro que es un museo y una oficina de turismo. En ella me
explican que hay que visitar los diferentes museos distribuidos por el pueblo
en los que se habla de su tradicional elaboración de bastones, de la larga
historia de la ciudad… y por supuesto el museo de la entrada de toros y caballos.
Y
descubro que las fiestas de Segorbe están totalmente ligadas a los toros de
lidia. El ganado se encuentra en los campos de la ribera del río que pasa por
debajo del pueblo y desde allí suben los toros, primero toda la manada a las 12
del mediodía por los caminos y carretera hasta un cercado a la entrada del
pueblo, recorrido al que denominan subida del Rialé por el nombre del
camino que usan. Después tiene lugar la tría
que es la selección de los seis toros que llevarán a la plaza. Y a las 2 del
mediodía los seis toros son conducidos en la carrera por las calles del pueblo hasta la plaza de toros. ¿A que
nos suena de algo?
La
subida del rialé hasta el corral la manada de toros es guiada por los pastores y
hay gente que corre delante de los toros aunque los pastores intentan
mantenerlos agrupados y a un paso lento.
Una
tradición con el mismo origen que los encierros de Pamplona (la conducción de
los toros hasta la plaza) y también de gran belleza aunque haya adquirido menos
fama. Y que es fácil conocer cualquier día del año por es estupendo museo que,
con proliferación de audiovisuales, nos da a conocer la fiesta como ahora nos
gusta a los turistas: sin necesidad de leer paneles.
Quizás
en Pamplona deberíamos conocer más de
esta tradición tan parecida a la nuestra. Y reconocer
que nos llevan la delantera en cuanto al museo. Porque seguramente tendremos
que esperar muchos años y gastar muchos millones de euros para tener un museo
de los Sanfermines que, al final, hará el servicio que ya está haciendo el
sencillo, económico y estupendo Museo de la Entrada de Caballos: dar a conocer una
tradición a todos aquellos que no la conocíamos.