Estoy
dando un paseo por el campo y veo que en la orilla de los caminos hay zarzas de
moras y también endrinos. Algunos están entremezclados y, mientras como algunas
moras muy dulces, intercalo alguna endrina para volver a sorprenderme con su
contraste seco, astringente y todavía ácido aunque ya sea otoño. Más adelante
veo varios endrinos cargados de fruta: se ve que este año hay muchos arañones,
como les llamamos en Navarra. Y así, de improviso, tomo mi decisión: este año
haré pacharán.
Como
tengo cerca el coche primero cojo la cesta que en esta temporada llevo en el
maletero para recoger setas: seguro que las endrinas agradecerán los mismos
cuidados que dedico a los hongos para que no se rompan. Al cabo de un rato
recogiendo endrinas noto el peso en la cesta y calculo que habré recogido entre
dos y tres kilos, más que suficiente para los 12 litros de pacharán que
pretendo hacer. Así que dejo en los arbustos las endrinas que quedan, tampoco
es cuestión de seguir arañándose por nada, y paso un rato cogiendo moras que
están dulcísimas en el inicio del otoño y seguro que la familia las aprecia
como postre.
De
camino a vasa voy organizando mentalmente cómo haré el pacharán. Por supuesto
nada más llegar lavaré bien las endrinas con agua pero luego necesitaré una
buena cantidad de anisado por lo que tendré que pasarme por el supermercado.
No, no compraré esas garrafas de plástico con anisado de baja calidad sino que,
siguiendo los consejos de elblogdelpacharán, haré mi propio anisado. La lista
de compra es corta: anís El Mono, dos kilos de azúcar y diez botellas de vodka
para hacer 12 litros de anisado.
Sigo
planificando la tarea y me encuentro con el primer obstáculo: ¿dónde haré el
pacharán? Quiero hacer 12 litros y no es fácil encontrar en casa envases adecuados
para hacerlo. Podría usar las botellas de vodka pero necesitaré más de las 10
que compré y luego es un rollo ir metiendo las endrinas una a una por la boca
de la botella. Además después cada dos días tendría que mover una a una las 16
botellas que supondrían 12 litros de anisado y 3 kilos de endrinas. Tengo que
encontrar otra solución.
Y
recuerdo que hace unos días fui a la ferretería del barrio a comprar unos botes
de conserva para mi madre, que todavía hace mermelada de ciruelas y melocotones
para la familia todos los años. Ojeando los frascos me sorprendió ver unos
tremendos de grandes y en ese momento pensé: ahí se quedan esos frascos
hasta el año que viene porque a ver quién iba a comprar unos frascos tan
grandes para hacer conservas caseras… Así que antes de ir al supermercado me
paso por la ferretería que seguro allí estarán los super frascos.
Efectivamente
allí los encuentro. En la caja pone que son frascos de 1 galón, medida
extranjera que veo en google corresponde a 3,78 litros. Tengo suerte porque los
venden en cajas de 4 frascos así que salgo contento de la ferretería con mis
cuatro tarros de pacharán casero por el módico precio de 11 euros. Y es que por
2,75 € la unidad no sé cómo quedan frascos en la ferretería con la de gente que hace pacharán casero
estos meses.
De
camino a casa voy pensando en las ventajas de los frascos: la primera, son de
vidrio y ello me permitirá hacer un pacharán sin ningún detestable sabor a
plástico. La boca es tremenda y puedo verter las endrinas desde el escurridor
de verduras sin ningún problema. La medida del galón es perfecta: pongo tres
litros de anisado y todavía me caben 800 gramos de endrinas en cada uno por lo
que no me sobra nada del anisado que preparé. La tapa está preparada para soportar
la temperatura de cocer el bote por lo que es totalmente estanca. El vidrio es
transparente y puedo comprobar cómo las endrinas van aportando su color y
sacarlas justo antes de que comiencen a deshacerse a los tres meses. Y los frascos son fáciles de coger y mover
cada dos días, además ocupan muy poco espacio, basta con empujar la caja debajo
de la cama y los tengo a mano en la habitación más fresca de mi casa: de algo
tenía que servirme la manía de apagar la calefacción de la habitación aparte de
para dormir mejor.
Otra
gran ventaja la conozco por mi madre: estos frascos me van a durar varios años,
mas que los de conserva porque no voy a hervirlos y las tapas no se estropearán.
Así que ya tengo frascos para hacer mi propio pacharán todos los años que
quiera… aunque antes esperaré a ver cómo me sale este año, claro.