Visitando bodegas de pacharán: Palacio de la Vega


El turismo enológico siempre se relaciona con la visita a bodegas de vino, algo nada sorprendente dado el significado de enológico. Sin embargo sí que puede sorprendernos encontrar en Navarra la oferta de visita de bodegas elaboradoras de pacharán. Es lo que me ocurre cuando en la la oficina de turismo de Tierra Estella  me explican que hay dos bodegas de pacharán que ofertan visitas: Bodega Azanza en Abárzuza y Bodegas Palacio de la Vega en Dicastillo. Me inclino por visitar esta última porque, según me dicen, se encuentra instalada en la finca de un Palacio del siglo XIX: nada mejor que aunar tradición e historia, pienso.

La bodega está en Dicastillo, en la falda de casco urbano que mira hacia el sur. Y efectivamente allí la encuentro dentro de una finca amurallada, bajo el imponente y muy poco conocido edificio del Palacio de la Condesa de la Vega del Pozo.
La visita, con un coste de 5 €, no puede resultar más completa. Nada más comenzar nuestro guía Miguel, natural de Dicastillo, nos explica la historia de la finca y el por qué de la existencia en su pueblo de este edifico histórico, tan poco conocido en Navarra. También nos descubre el valioso Mausoleo de Merlín, tallado por Mariano Benlliure en memoria de un perrito muy querido por la Condesa de la Vega.
Recorremos parte de la finca, 6 hectáreas de arbolado y cultivos de viña y endrinos. A ellos llegamos tras un corto paseo y nuestro guía nos explica que cultivan los endrinos para hacer un pacharán “100% navarro”, algo que recalca varias veces durante la mañana. Como hago la visita en primavera veo las endrinas verdes y  todavía de muy pequeño tamaño, pero Miguel está preparado para explicarnos todo el ciclo desde la floración a la cosecha con la ayuda de un dosier de fotografías. Aun así nos anima a volver en octubre para que podamos coger de los árboles endrinas perfectamente maduras.
Desde la finca pasamos a una sala de catas con vistas a la nave de barricas de la bodega (también elaboran vinos en la misma finca) en la que a través de un orginal taller de cata nos explican la historia, las características de las materias primas y la elaboración del anís y del pacharán. Y por supuesto terminamos catando sus pacharanes: el muy conocido Pacharán Zoco pero también Berezko Nafarroako Patxarana, que casi parece un tesoro por lo difícil que es encontrarlo en el mercado.
En una rápida visita a las sencillas instalaciones de elaboración vemos cómo la  elaboración comercial (que no industrial, insiste Miguel) reproduce de forma exacta la sencilla elaboración del tradicional licor navarro.
Al final volvemos junto al Mausoleo de Merlín para acceder a la Casa del Guarda, una casa en forma de cruz  que la Condesa construyó con los mismos materiales que su Palacio para que en ella viviera la familia encargada de cuidar la finca. Y tras sorprendernos con la estructura de madera del tejado, montada sin un solo clavo, aprendemos a elaborar un mojito de pacharán haciéndolo nosotros mismos: hielo picado, una hoja de menta, 4 partes de pacharán y 1 parte de zumo de limón. Sencillo pero impactante cóctel  que acompañamos con un plato de queso de oveja con reducción de pacharán, un insuperable maridaje navarro. (Pincha aquí si quieres ver la receta)
Cuando nos despedimos Miguel nos anima a dar a conocer la visita pero también que no desvelemos todo su contenido: quiere seguir guardando alguna sorpresa para la entretenida hora y media que dura la visita. Y por esta razón publico hoy esta entrada en el blog y, cumpliendo su petición, dejo para él casi todo lo que he descubierto durante mi visita a las Bodegas Palacio de la Vega.
¿Quieres sorprenderte con el mundo del pacharán? Sólo necesitas pedir una reserva para cualquier đía a las 12 en el correo info@palaciodelavega.es y ellos responderán confirmándote la visita. Yo por mi parte enseguida visitaré la Bodega Azanza, seguro que allí descubro más sorpresas.
Y mientras tanto espero que Miguel cumpla su parte del compromiso y me facilite una botella de ese tesoro que es el pacharán Berezko. Creo que me lo merezco.