El color de cualquier objeto
o líquido lo describimos a través de tres características: tonalidad,
intensidad y brillo.
La tonalidad o tono es por
tanto una de las cualidades fundamentales del color. Se puede definir como el
grado en el que un estímulo es idéntico o difiere de los colores primarios
(rojo, amarillo y azul). Así, el color predominante en el pacharán será el rojo
pero tendrá una tonalidad diferente en función de cómo se separe del rojo puro
por la mezcla con los otros colores primarios.
Pero antes de avanzar más en
el color del pacharán recordemos lo aprendido en las clases de ciencias: los
objetos absorben radiaciones solares y en función de cuáles reflejen los
veremos de un color o de otro. Así, si una superficie no absorbe ningún color y
refleja toda la radiación la veremos blanca. Si no absorbe el color verde y lo
refleja lo veremos verde. Sin embargo si un objeto absorbe toda la radiación
solar lo veremos negro porque no refleja ningún color.
Esto lo podemos entender
mejor a través de un ejemplo que todos hemos experimentado: el color de los
coches. Un coche negro absorbe todos los rayos del sol y por eso se calienta
mucho en verano cuando lo aparcamos al sol. Sin embargo el mismo modelo de
coche de color blanco reflejará los rayos del sol y se calienta menos. Y como todo,
a alguien se le ha ocurrido medirlo: un coche blanco al sol se calienta 10
grados menos que uno negro, por eso si quieres viajar más fresco tu elección
debería ser un coche blanco… o uno descapotable.
Por lo tanto vemos los
objetos del color que reflejan… de hecho podemos imaginarnos que los vemos del color que
emiten, tal y como ocurre con la televisión.
Con los líquidos ocurre lo
mismo aunque se complica un poco con la transparencia. Lo entendemos si
observamos un vaso de agua: podemos ver a su través porque es transparente, y
esto es así porque la luz atraviesa el agua y los cristales sin que apenas interfieran
con la luz. Es decir, los objetos blancos lo son si no absorben luz, los líquidos son transparentes si dejan pasar toda la luz.
Sin embargo cuando la luz atraviesa otros líquidos éstos sí que interactúan y los vemos con color, lo mismo ocurre con algunos cristales. ¿Qué es lo que ocurre? Veamo
primero el ejemplo de los cristales. Para colorearlos cuando el vidrio está
líquido se disuelven materias colorantes que le aportarán su color: se añaden metales que reflejan una determinada longitud de onda de la luz y
hacen que los veamos de ese color. Se añade muy poca cantidad de esos metales
de forma que casi toda la luz atraviesa el cristal salvo esas ondas que salen
reflejadas y tiñen de esa forma el vidrio.
Con los líquidos ocurre lo
mismo; lo podemos ver si echamos unas gotas de pintura sobre agua y vemos cómo
el color se difunde por todo el vaso. La pintura contiene partículas que
reflejan la radiación solar de un color determinado y, al diluirlas en agua,
vemos cómo va tiñéndola hasta cubrir todo el líquido. Si hay pocas partículas
podemos ver el líquido coloreado pero todavía podemos ver a su través, pero si continuamos vertiendo pintura al final se verá un líquido tan opaco como la misma pintura original y con su mismo color.
Está claro entonces que el
pacharán lo vemos rojo porque tiene partículas que reflejan la parte roja de la luz. Pero, ¿por qué
el pacharán refleja las longitudes de onda rojas? Encontraremos la causa en los
frutos que utilizamos para hacerlo.
Las endrinas tienen en su
piel antocianinas. Estas son pigmentos hidrosolubles que se hallan en las
vacuolas de las células vegetales y que otorgan el color rojo, púrpura o azul a
hojas, flores y frutos. Sus funciones en
las plantas son múltiples, desde la protección de la radiación ultravioleta
hasta la atracción de insectos polinizadores.
En el caso de uvas y endrinas
aportan a la piel un color morado intenso y, si las estrujamos, veremos cómo
tiñen nuestros dedos de color rojo. Lo mismo ocurre cuando ponemos a
macerar las endrinas en el macerado: al poco tiempo vemos cómo al remover las
endrinas se extiende por el anisado un colo rosado que, poco a poco, ser irá
convirtiendo en un atractivo rojo.
Todos los pacharaneros
sabemos, sin embargo, que este color rojo no es estable y, de nuevo poco a
poco, irá pasando a un tono anaranjado, teja y después marrón. Esto ocurre por
la oxidación natural de las antocianidinas que hará que comiencen a absorber
más luz amarilla y de esta manera irá tomando el característico color naranja o
de piel de cebolla que vemos en los pacharanes del año anterior como
descubríamos cuando nos hacíamos la preguna ¿Por qué mi pacharán tiene colormarrón ?
¿Has leído toda la serie dedicada a la cata del pacharán? Aquí tienes los enlaces: