Arañón navarro



Hoy saboreo mi copa de pacharán navarro en el bar a pequeños sorbos, como a mí me gusta, y el sabor del pacharán trae a mi memoria el programa del pacharán navarro que hace poco vi en Agronavarra, programa de Navarra TV.
Recuerdo que comencé a verlo con cierta distancia: qué difícil parece aprender cosas nuevas acerca del pacharán después de tantos años. Sin embargo enseguida me sorprenden las imágenes de campo del programa: cultivos de arañones, recogida mecánica... Curioso lo que avanza la ciencia incluso en el cultivo de frutos autóctonos: adiós a los pinchazos y arañazos con  que el arbusto se defendía para evitar entregar sus frutos cuando, de pequeño, destinaba algunos fines de semana a recogerlos en el campo con la familia. No sé si será acertado pero siempre he pensado que ésta, los arañazos, es la razón de que en Navarra conozcamos como arañones lo que en otras zonas llaman endrinas. También sé que en Álava y Huesca los endrinos son conocidos como arañoneras: arbustos de arañones... y de arañazos.
Escucho cómo un agricultor narra las ventajas del cultivo de los arañones en Navarra. Todas son fáciles de entender: garantía de origen usando frutos navarros para un pacharán navarro, generación de rentas para los agricultores locales, producción local (kilómetro 0 la llaman) para un mejor respeto al medio ambiente, mejor trazabilidad del pacharán... Seguro que el agricultor piensa que así debería ser para todo el pacharán navarro aunque hace tiempo que sabemos que parte del arañón proviene de los campos de países del Este de Europa.
Porque quienes tenemos costumbre de salir al monte solemos ver cómo la gente recoge alguna bolsa o cesta de arañones pero ya nunca encontramos cuadrillas recogiendo barquillas de arañones por mucho que mi padre insista que sí, que hace años era habitual. Y por eso sabemos que hoy en día el arañón silvestre en los pacharanes comercializados es sinónimo de arañones importados de países del este. Sí: arañón silvestre significa arañones no navarros.
Pensando en ello me doy cuenta de que no recuerdo qué dicen las etiquetas de los pacharanes navarros acerca del origen de los arañones. Sí que me he fijado muchas veces en las conservas de espárrago, hace ya tiempo que descubrí que sólo es necesario leer la letra pequeña para saber si proceden del Perú o de China: cuando proceden de Navarra siempre lo ponen con letras bien grandes.
Doy el último sorbo de mi copa y, al salir del bar, entro en un supermercado cercano. Voy a la zona de pacharanes, identificada por el logo de Reyno Gourmet, y comienzo a revisar las etiquetas del pacharán navarro. Leo en una de ellas endrinas silvestres y traduzco: endrinas no navarras. Hay varias que no dicen nada del origen de las endrinas pero mi búsqueda encuentra su premio: encuentro una botella de Pacharán Navarro que deja bien claro en su etiqueta que el 100% de sus endrinas son navarras.
Y pienso que he encontrado la marca de pacharán que bebe el agricultor del reportaje.