Hoy
de nuevo me toca hacer la compra. Como siempre llevo mi lista y voy recorriendo
el supermercado. Aunque tengo la costumbre de escribir la lista en orden para
encontrar las cosas rápidamente otra vez tengo que dar unas cuantas vueltas de
más: parece que, de nuevo, han decidido reordenar el supermercado. Quizás su
objetivo sea que tenga que pasar un rato más buscando las cosas que hasta hoy
sabía dónde estaban, deben tener tanto cariño a los clientes que prefieren que
no nos vayamos demasiado rápido.
Han
cambiado de lugar hasta la zona de los licores. Aun así encuentro con facilidad
la zona del lineal donde está el pacharán. Como siempre para elegir primero miro a ver si
hay novedades y me fijo en los precios. Hoy me llama la atención que hay dos
botellas de la misma marca a precios bastante distintos, 9 y 7,8 euros. La
diferencia me parece importante y por eso leo con atención las etiquetas de los
precios y sí, en las dos mencionan que es pacharán de la misma marca pero
tienen distinto precio. Rápidamente mi mano coge la botella de menor precio
siguiendo la vocecilla de mi cartera: quizás se trate de un error al
etiquetarla y por qué no aprovecharlo. Por si acaso leo la etiqueta y veo que
no es exactamente lo mismo, debajo de la marca dice 20, supongo que porque
tendrá ese grado alcohólico. Por ningún sitio de la etiqueta leo pacharán, sólo
licor de endrinas. Claro, ya lo veo: parece lo mismo pero no lo es. Nunca se
venden duros a cuatro pesetas, pienso.
Por
si acaso sigo leyendo y, efectivamente, la botella no es de pacharán sino de
licor de endrinas, 20 grados de alcohol y sin indicación geográfica de pacharán
navarro. ¡Pero es más barato! me dice la vocecilla que sale de mi cartera.
Y,
otra vez por si acaso, echo unas cuentas. Si han bajado el grado alcohólico de
los 25 que tiene el pacharán los 20 del licor supone que han añadido… ¡un
20% de agua!
Y
pienso que no puede ser tanta agua, habré echado mal las cuentas, pero
multiplico 20x25 y, efectivamente, me salen los 5 grados que han quitado a la
botella. Claro, como para ello han añadido un 20% de agua quiere decir si
compro esa botella estaré comprando 800 ml de pacharán y 200 de agua. No me
extraña que lo vendan más barato, el agua es bastante barata por aquí…
Suponiendo
que el agua me sale gratis resto al precio de la botella de pacharán, 9
euros, un 20% y me sale 7,2 euros… o sea
que me saldría más barato comprar la botella de pacharán y añadirle el agua en
casa… o sea que ¡me están engañando haciéndome creer que me venden la botella
de licor más barata!
Estoy
dándole vueltas a esto y cabreándome cada vez más cuando pasa cerca un amigo y
me saluda. Le explico el asunto y me dice que todavía es peor de lo que pienso.
Por lo visto al vender el pacharán diluido con agua como tiene menos grado
alcohólico pagan menos impuesto de alcohol. Me dice que el productor paga de
impuesto unos 10 céntimos de euro por cada grado de alcohol por lo que en la
botella barata se está ahorrando otros 50 céntimos. Vamos, que me ofrecen una
botella de pacharán diluido (aunque ellos le llaman licor de endrinas) pero si
la compro ganan limpiamente 0,6+0,5=1,1 euros más que si les compro la botella
de pacharán sin diluir… ¡Esto es un timo! ¡Menuda cara dura!
Y
además si a mí me gusta ponerle hielo al pacharán, como le pongo hielo cuando
ya está aguado… ¿¿a qué diablos me va a saber!!
Por
supuesto dejo la botella diluida en el estante, esta vez más separada de las de
pacharán para que nadie se lleve a engaño como yo, y me llevo una botella de
otra marca comprobando antes que dice claramente que es pacharán navarro y que
tiene 25 grados de alcohol como mínimo.
Y,
mientras salgo del supermercado, pienso que pasarán muchos años antes de que
vuelva a comprar una botella de ese pacharán que me quiere engañar.