Preparamos
nuestra botella para macerar el pacharán: ponemos las endrinas, llenamos con
anís… y nos sorprende ver que algunas endrinas flotan. ¿Por qué? Esto es lo que
nos pregunta Lorenzo a través del formulario del blog:
“Transcurridos un par de días he observado
que hay dos endrinas flotando, ¿qué debería hacer? ¿Dejo que continúe la
maceración o abro la botella y extraigo las dos endrinas que flotan?”
Sabemos
que los materiales que son menos densos que el agua flotan en ella: el corcho,
las ramas... Y sin embargo aquellos que tienen mayor densidad se hunden: el
hierro, las piedras... Cuando ponemos a macerar las endrinas en el anís la
mayor parte de ellas se hunden porque tienen más densidad que el licor. Sin
embargo suele haber varias que flotan: puede haber endrinas que estén ya algo
deshidratadas, incluso pasificadas o secas, también algunas agusanadas. Todas
ellas habrán perdido el suficiente peso para que su densidad sea menor que la del
anís y floten.
¿Qué
ocurre con esas endrinas? Al tener una menor densidad van a absorber azúcar del
anís y, después de varios días, habrán ganado la suficiente densidad como para
irse al fondo con el resto de las endrinas. Sin
embargo, puesto que están deshidratadas o agusanadas, nada bueno aportarán a
nuestro pacharán y, por ello, lo mejor es retirar las endrinas que flotan y
hacer nuestro pacharán sólo con endrinas sanas.