Las navidades nos traen recuerdos a todos: el árbol de Navidad, el pavo, los turrones. Los recuerdos pueden llegar a rivalizar entre sí: los Reyes Magos, el señor Noël, el Olentzero…
Ensalada de salmón con agridulce de pacharán
Las comidas y cenas familiares de celebración cada vez están más basadas en las proteínas: tendemos a desterrar las verduras a las comidas de diario y sólo las ensaladas entran a equilibrar algo estas pantagruélicas comidas.
La ensalada que hoy os propongo os puede ayudar a incluir algo de fibra en estas comidas y cenas aportando a la vez un toque original con una salsa muy navarra.
Ingredientes
. salmón ahumado
. ensalada preparada (brotes tiernos, por ejemplo)
. 1 naranja
. hojas frescas de albahaca
. pacharán navarro
. aceite, vinagre, sal
Elaboración
1. Agridulce de pacharán. Cortamos la piel de la naranja con un cuchillo afilado dejando todo lo blanco en la naranja. Cortamos en tiras los trozos de piel y las colocamos en una cazuela junto con el pacharán (1 copa por persona). Ponemos al fuego medio-bajo (potencia 4 sobre 9) y llevamos a hervor removiendo de vez en cuando. Lo mantenemos hasta que se reduzca el volumen del pacharán a una cuarta parte. Dejamos enfriar y añadimos aceite y vinagre al gusto, entonces agitamos con un tenedor para ligar el agridulce.
2. Colocamos la lechuga en el plato y cortamos unas hojas de albahaca por encima. La albahaca aporta aroma y frescor a la ensalada aunque podemos prescindir de ella.
3. Cortamos el salmón ahumado y distribuimos sobre la ensalada.
4. Con una cuchara distribuimos la salsa y las tiras de cáscara de naranja. Salamos al gusto.
Cumpleaño
Sí,
hoy 22 de diciembre, primer día de un nuevo mundo según los Mayas, El blog del pacharán cumple un año. Vaya
sorpresa, qué rápido ha pasado el tiempo.
Claro
que para muchos será más sorprendente todavía porque, salvo los cuatro lectores
iniciales de mi familia, el resto os habéis ido incorporando bastante más
tarde. Pero sí, hace un año estrenaba el
blog informando a mis cuatro primeros lectores de un sorprendente hallazgo: la
suerte existe.
Pacharán ¿casero?
Hoy he comido en uno de los mejores restaurantes de Pamplona con un grupo de amigos. Me lo han recomendado por ser uno de los más representativos de la cocina tradicional navarra y bien que se nota por cómo hacen gala de los productos navarros.
Bizcocho de pacharán
Hace ya algún tiempo un amigo, conocedor de mi pasión por el pacharán a cualquier hora, me dijo que sólo me faltaba tomarlo para desayunar. Así que el fin de semana siguiente le sorprendí llevándole este bizcocho para que lo tomara en el desayuno.
Es un bizcocho sorprendente por la estupenda combinación del sabor del pacharán con la naranja y, aunque es estupendo para desayunar, en realidad yo lo disfruto mucho más con el café después de comer. En ese caso lo coloco troceado sobre un plato y lo riego con un buen chorro de pacharán. El resultado es espectacular porque al emborracharlo de pacharán la mezcla de sabores es más impactante.
Ingredientes
. 3 huevos
. azúcar
. 1 yogur
. 1 sobre de levadura
. 2 naranjas
. harina
. aceite de oliva
. Pacharán Navarro (buscad el sello de garantía y que esté hecho con arañones navarros)
Elaboración
1. Batir los tres huevos con una pizca de sal y añadir dos envases de yogur llenos de azúcar. Montar los huevos con la varilla (lleva unos 10 minutos) hace que el bizcocho suba mejor y quede más hueco.
2. Continuar agitando y añadir el yogur y la levadura.
3. Usar el envase para medir los demás ingredientes: 4 envases de harina, medio de oliva, uno de Pacharán Navarro. Añadir la harina tamizándola con un colador también hace que el bizcocho quede más hueco.
4. Rallar la cáscara de las dos naranjas. Yo suelo cortar la piel dejando todo lo blanco en la naranja y luego la corto en tiras con un cuchillo. Creo que queda mejor, pero la verdad es que lo hago por una mala experiencia con el rallador.
5. Mezclar bien y colocar en un molde untado de aceite. Lo ideal es que el molde sea alto y rectangular: si ponemos la masa en una capa alta quedarán más burbujas atrapadas y el bizcocho subirá más. Al tener poca superficie se mantendrá más alto y nunca se hundirá por el centro.
6. Poner en el horno sin precalentar a una temperatura de 40 grados durante media hora. Esto hará que la levadura tenga más tiempo para actuar.
7. Subir la temperatura a 160 grados (con temperatura superior e inferior) y mantener durante otra media hora.
8. Abrir ligeramente el horno y dejar enfriar.
9. Sacar del molde, cortar rodajas y trocearlas en un plato para emborracharlas ligeramente con Pacharán Navarro.
El pacharán tiene logo
Terminamos
la comida familiar y ocurre lo de siempre: los niños huyen de la mesa al sofá a
jugar con la electrónica mientras los demás, los adultos, nos quedamos en la
mesa tomando una copa de pacharán navarro.
Peligro: no comparar
Estoy en la cama despierto; me he despertado al poco de dormirme y estoy intentando recuperar el sueño. Entonces comienzo a escuchar gemidos y enseguida me doy cuenta de que es una vecina expresando su placer en voz alta. Y me pasa lo que suele ocurrirme cuando me descubro escuchando una conversación ajena: me quedo quieto, como si al moverme pudiera hacer algún ruido que ellos advirtieran. Para escuchar ruidos están estos, pienso, dándome cuenta de lo absurdo de mi reacción.
La canción del pacharán
Terminando la comida de celebración el ambiente está muy distendido. Eso siempre significa voces más altas de lo necesario, risas como para que en la calle se enteren de lo bien que nos lo pasamos… Y cuando llegan las copas se comienzan a escuchar las primeras canciones.
Hoy presto especial atención a quien se levanta con la copa de pacharán navarro en la mano porque dice que va a cantar la canción del pacharán. Y entona el estribillo “pacharán más de mil años, muchos más…” A partir de ahí las risas siguen en aumento de forma que la canción deja de escucharse, bien porque el cantante ha callado o porque queda tapada por las voces y risas… de forma que sólo he podido escuchar el pegadizo estribillo.
Tostada de foie con cebolla glaseada al pacharán
Hay quien piensa que proponer una receta para un pincho en el que utilicemos pacharán es arriesgado pero llevo tiempo haciendo éste que, además de fotogénico y sabroso, es bastante sencillo de preparar.
¿Escampará?
Disfruto los últimos sorbos de mi copa en mi momento pacharán, escuchando música mientras recuerdo cosas del día.
Esta tarde llegaba a casa a mi hora habitual. Venía pensando en la conversación que acababa de tener con dos compañeros de trabajo. Es fácil recordarla: se parece tanto a las que últimamente mantenemos con la familia, con los amigos. Conversaciones que hablan de cierres, despidos, prima de riesgo, crisis, todas ellas sin final porque cuanto más se habla peor es la situación que se describe. Un pozo sin fondo.
Pacharán y catarro
Entonces recuerdo que hace sólo dos semanas era yo quien estaba acatarrado. Tanto que notaba continuamente una fuerte presión en la cabeza, los oidos taponados me obligaban a oir todo con un fondo de olas como si escuchara a través de una caracola y tenía la nariz totalmente atrofiada: casi no podía ni respirar y hasta yo notaba esa voz gangosa que tan divertida resulta a veces cuando se la escuchamos a los demás.
Peineta
Cada vez echan más tarde los partidos de fútbol en la televisión. Hace unos años podías verlos merendando con la cuadrilla. Más tarde coincidían con la cena. Pero hoy en día puedes verlos tranquilamente después de cenar, tomando una copa de pacharán navarro. Aunque también es cierto que hay días que puedes ver uno merendando, continuar con otro durante la cena y terminar la noche viendo otro tomando una copa.
El color del otoño: el color del pacharán
Estoy pasando el primer fin de semana de noviembre en la casa familiar del pueblo. Últimamente venimos menos; lo de siempre: que nos hacemos mayores, que los mayores se han hecho viejos, demasiadas ocupaciones…
Estos días de otoño se hacen muy cortos: con el cambio de hora el día dura muy poco y a las seis ya casi es de noche. Pero el pueblo también tiene sus premios: los colores rojos y tejas del otoño en los bosques, la copa de pacharán junto al fuego en la chimenea.
Vergüenza
Hoy
estoy tomando una copa de pacharán mientras veo el telediario. La verdad es que
no lo veo porque me interese, lo veo porque está puesto en la televisión del
bar. Y lo veo sin oírlo mientras doy pequeños sorbos a mi copa.
Tomatas
Nada más terminar el verano comienzo a echar de menos la que considero su mejor fruta: los tomates. Y me doy cuenta de que hace sólo unos años no hacíamos más que quejarnos de lo malos que son los tomates: rojos muy brillantes, de forma uniforme, bonitos… pero insulsos. Sin embargo los últimos años hemos asistido a una irrupción de gran cantidad de variedades de tomate de sorprendentes formas e inmejorable sabor.
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